Fragmentos de Lbros II

elfunky

Himbersor
Desde
24 Mar 2024
Mensajes
892
Reputación
1.484
El LAZARILLO DE TORMES (FRAGMENTO DE LAS UVAS)

Acaeció que, llegando a un lugar que llaman Almorox al tiempo que cogían las uvas, un vendimiador le dio un racimo de ellas en limosna, y como suelen ir los cestos mal tratados, y también porque la uva en aquel tiempo está muy madura, desgranábasele el racimo en la mano; para echarlo en el fardel tornábase mosto, y lo que a él se llegaba. Acordó de hacer un banquete, así por no lo poder llevar, como por contentarme, que aquel día me había dado muchos rodillazos y golpes.

-Y ahora quiero yo usar contigo de una liberalidad, y es que ambos comamos de este racimo de uvas, y hayas de él tanta parte como yo; partirlo hemos de esta manera: tú picarás una vez y yo otra, con tal que me prometas no tomar cada vez más de una uva; yo haré o mismo hasta que lo acabemos, y de esta suerte no habrá engaño.

Hecho así el concierto, comenzamos; mas luego al segundo lance el traidor mudó propósito, y comenzó a tomar de dos en dos, considerando que yo debería hacer lo mismo. Como vi que él quebraba la postura, no me contenté ir a la par con él, mas aun pasaba adelante, dos a dos, y tres a tres, y como podía las comía.

Acabado el racimo, estuvo un poco con el escobajo en la mano, y meneando la cabeza, dijo:

-Lázaro, engañado me has; ¡juraré yo a Dios que has tú comido las uvas tres a tres!

-No comí- dije yo-, mas ¿por qué sospecháis eso?

Respondió el sagacísimo ciego:

-¿Sabes en qué veo que las comiste tres a tres? En que comía yo dos a dos, y tú callabas.

Reíme entre mí, y, aunque muchacho, noté mucho la discreta consideración del ciego.

Mas por no ser prolijo, dejo de contar muchas cosas, así graciosas como de notar, que con este mi primer amo me acaecieron, y quiero decir el despidiente, y, con él, acabar."


Autor, en mis tiempos: anónimo, pero según Agulló, Diego Hurtado de Mendoza sería el autor de esta novela. El Lazarillo es una de las obras más importantes de nuestra literatura. Con este libro se inició un nuevo género literario, la novela picaresca, que tuvo gran importancia en la literatura española del Siglo de Oro.
 
Última edición:

elfunky

Himbersor
Desde
24 Mar 2024
Mensajes
892
Reputación
1.484
LA METAMORFOSIS

El deseo de Gregorio de ver a la madre pronto se convirtió en realidad. Durante el día Gregorio no quería mostrarse por la ventana, por consideración a sus padres, pero tampoco podía arrastrarse demasiado por los pocos metros cuadrados del suelo; ya soportaba con dificultad estar tumbado tranquilamente durante la noche, pronto ya ni siquiera la comida le producía alegría alguna y así, para distraerse, adoptó la costumbre de arrastrarse en todas direcciones por las paredes y el techo. Le gustaba especialmente permanecer colgado del techo; era algo muy distinto a estar tumbado en el suelo; se respiraba con más libertad; un ligero balanceo atravesaba el cuerpo; y sumido en la casi feliz distracción en la que seencontraba allí arriba, podía ocurrir que, para su sorpresa, se dejase caer y se golpease contra el suelo. Pero ahora, naturalmente, dominaba su cuerpo de una forma muy distinta a como lo había hecho antes y no se hacía daño, incluso después de semejante caída. La hermana se dio cuenta inmediatamente de la nueva diversión que Gregorio había descubierto —dejaba tras de sí al arrastrarse por todas partes huellas de su sustancia pegajosa— y entonces se le metió en la cabeza proporcionar a Gregorio la posibilidad de arrastrarse a gran escala y sacar de allí los muebles que lo impedían, es decir, sobre todo el
armario y el escritorio, ella no era capaz de hacerlo todo sola; tampoco se atrevía a pedir ayuda al padre; la criada no la hubiese ayudado seguramente, porque esa chica, de unos dieciséis años, resistía ciertamente con valor desde que se despidió la cocinera anterior, pero había pedido el favor de poder mantener la cocina constantemente cerrada y abrirla solamente a una señal determinada. Así pues, no le quedó a la hermana más remedio que valerse de la madre, una vez que estaba el padre ausente.

Con exclamaciones de excitada alegría se acercó la madre, pero enmudeció ante la puerta de la habitación de Gregorio. Primero la hermana se aseguró de que todo en la habitación estaba en orden, después dejó entrar a la madre. Gregorio se había apresurado a colocar la sábana aún más bajo y con más pliegues, de modo que, de verdad, tenía el aspecto de una sábana lanzada casualmente sobre el canapé. Gregorio se abstuvo esta vez de espiar por debajo de la sábana; renunció a ver esta vez a la madre y se contentaba sólo con que hubiese venido.


FRANZ KAFKA
 
Última edición:

elfunky

Himbersor
Desde
24 Mar 2024
Mensajes
892
Reputación
1.484
LA MONJA ALFÉREZ

Jugaba conmigo la Fortuna, tornando las dichas en azares. Estábame quieto en la Concepción, y hallándome un día en el campo de guardia, entreme con otro amigo alférez en una casa de juego allí junto. Pusímonos a jugar, fue corriendo el juego, y en una diferencia que se ofreció, presentes muchos alrededor, me dijo que mentía como cornudo. Yo saqué la espada y entrésela por el pecho. Cargaron tantos sobre mí, y tantos que entraron al ruido, que no pude moverme; teníame en particular asido un ayudante. Entró el auditor general, Francisco de Párraga, y asiome también fuertemente y zamarreábame haciéndome no sé qué preguntas. Yo decía que delante del gobernador declararía. Entró en esto mi hermano, y díjome en vascuence que procurase salvar la vida. El auditor me cogió por el cuello de la ropilla; yo, con la daga en la mano, le dije que me soltase; zamarreome y le tiré un golpe, atravesándole los carrillos; teníame aún, y le tiré otro y me soltó. Saqué la espada; cargaron muchos sobre mí, y me retiré hacia la puerta, allanando algún embarazo que había, y salí, entrándome en San Francisco, que estaba cerca, y donde supe que quedaban muertos el alférez y el auditor. Acudió luego el gobernador, Alonso García Remón, y cercó la iglesia con soldados, y así la tuvo seis meses. Echó bando prometiendo premio a quien me diese preso y que en ningún puerto se me diese embarcación, y avisó a los presidios y plazas e hizo otras diligencias, hasta que con el tiempo, que lo cura todo, fue templándose este rigor, y fueron arrimándose intercesiones, y se quitaron las guardas, y fue cesando el sobresalto, y yo, quedándome más desahogado y hallando amigos que me visitaron, y se fue cayendo en la urgente provocación del principio y en el aprieto encadenado del lance.


A este tiempo, y entre otros, vino un día don Juan de Silva, mi amigo, alférez vivo, y me dijo que había tenido unas palabras con don Francisco de Rojas, del hábito de Santiago, y lo había desafiado para aquella noche, a las once, llevando cada uno a un amigo, y que él no tenía otro para eso sino a mí. Yo quedé un poco suspenso, recelando si habría allí forjada alguna treta para prenderme. Él, que lo advirtió, me dijo: «Si no os parece, no sea; yo me iré solo, que a otro no he de fiar mi lado.» Yo me dije en qué reparaba, y acepté.


En dando la oración, salí del convento y me fui a su casa. Cenamos y parlamos hasta las diez, y en oyéndolas tomamos las espadas y capas, y salimos al puesto señalado. Era la obscuridad tan suma que no nos veíamos las manos; y advirtiéndolo yo, hice con mi amigo, para no desconocernos en lo que se pudiera ofrecer, que nos pusiéramos cada uno en el brazo atado su lenzuelo.


Llegaron los dos, y dijo el uno, conocido en la voz por don Francisco de Rojas: «¿Don Juan de Silva?» Don Juan respondió: «¡Aquí estoy!» Metieron ambos mano a las espadas y se embistieron, mientras estábamos parados el otro y yo. Fueron bregando, y a poco rato sentí que se sintió mi amigo la punta que le había entrado. Púseme luego a su lado, y el otro al lado de don Francisco. Tiramos dos a dos, y a breve rato cayeron don Francisco y don Juan; yo y mi contrario proseguimos batallando, y entrele yo una punta, según después pareció, por bajo de la tetilla izquierda, pasándole, según sentí, coleto de dos antes, y cayó. «¡Ah, traidor -dijo-, que me has muerto!» Yo quise reconocer el habla de quien yo no conocía; preguntele quién era, y dijo: «El capitán Miguel de Erauso.» Yo quedé atónito. Pedía a voces confesión, y pedíanla los otros. Fui corriendo a San Francisco, y envié dos religiosos, que los confesaron. Dos expiraron luego; a mi hermano lo llevaron a casa del gobernador, de quien era secretario de guerra. Acudieron con médico y cirujano a la curación, e hicieron cuanto alcanzaron; luego hízole lo judicial, preguntándole el nombre del homicida; y como él clamaba por un poco de vino y el doctor Robledo se lo negaba, diciendo que no convenía, él porfió, el doctor negó y él dijo: «Más cruel anda usted conmigo que el alférez Díaz»; y de ahí a un rato expiró.


Acudió en esto el gobernador a cercar el convento, y arrojose dentro con su guardia; resistieron los frailes, con su provincial, fray Francisco de Otaloza, que hoy vive en Lima, y altercose mucho sobre esto, hasta decirle resueltos unos frailes que mirase bien, que si entraba no había de volver a salir, con lo cual se reportó y retiró, dejando los guardas. Muerto el capitán Miguel de Erauso, lo enterraron en el dicho convento de San Francisco, viéndolo yo desde el coro, ¡sabe Dios con qué dolor! Estuve allí ocho meses, siguiéndose entretanto la causa en rebeldía y no dándome lugar el negocio para presentarme. Hallé ocasión con el amparo de don Juan Ponce de León, que me dio caballo y armas y avivó para salir de la Concepción, y partí a Valdivia y a Tucumán.

CATALINA DE ERAUSO


No obstante su empaque aventurero y picaresco, que le da el carácter de una novela de capa y espada, la historia de La monja alférez es una verdadera historia, en la que muchas veces nos comunica a la emoción terriblemente fuerte de la verdad.

Catalina de Erauso ha vivido, y su vida fue una vida exasperada, como dicen los españoles. El relato que escribió de su mano, más diestra en manejar la espada que la pluma, emocionó a sus contemporáneos. Graves historiadores hacen mención de esta mujer extraordinaria. Una primera y una segunda relación de sus aventuras y hazañas fueron publicadas, seguidamente, en 1625, en Madrid, por Bernardino de Guzmán, y por Simón Fajardo, en Sevilla
2, y, a su vuelta a España, el discípulo predilecto del gran Lope, Juan Pérez de Montalván, compuso e hizo representar en la corte su comedia famosa de La monja alférez. Por último, en 1820, don José María Ferrer imprimió en París, en la casa Julio Didot, tomado de un manuscrito perteneciente al historiador Muñoz, el texto completo de la historia, acompañado de numerosas notas y reforzado con bastantes documentos justificativos: partida de bautismo, extracto de registros conventuales, testimonios, estados de servicios, informaciones, memoriales, certificados y decretos reales.

Este libro, que es hoy de los más raros, comienza por un prólogo en que el editor, después de haber disertado
sabiamente sobre los esfinges, los hipogrifos, los acéfalos, los andróginos y los hermafroditas, compara a doña Catalina con las mujeres ilustres de todos los tiempos: con Safo, con Aspasia, con Porcia, con Santa Teresa y con madama Stael.
 
Última edición:

elfunky

Himbersor
Desde
24 Mar 2024
Mensajes
892
Reputación
1.484
LA VIRGEN DESCUBRE UN SACRILEGIO JUDÍO

Llegaron a casa del rabí, la suprema autoridad de aquellos judíos, y allí se encontraronun cuerpo de hombre semejante a Cristo, hecho de cera, que, coronado de espinas, estaban clavando con gruesos clavos sobre una gran cruz, y mientras unos le escupían a la cara y otros blasfemaban, llenándole de insolentes improperios, otro le atravesó el costado con una lanza, y así entre todos repetían las afrentas que recibió el Salvador en su ignominiosa muerte.

Todos los cristianos, indignados ante aquel espectáculo infame, prendieron a aquellos malhechores, y después de golpearlos como merecían, los entregaron, para que sufrieran el castigo, siendo condenados a muerte por su horrenda maldad.

LEYENDAS DE CASTILLA LA NUEVA

La leyenda es una narración tradiconal fantástica, esencialmente admirativa, generalmente puntualizada en personas, época y lugar determinados.
 
Última edición:

elfunky

Himbersor
Desde
24 Mar 2024
Mensajes
892
Reputación
1.484
ROMANCE DEL PRISIONERO

Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
5 cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor,
sino yo, triste, cuitado,
10 que vivo en esta prisión,
que ni sé cuándo es de día,
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
15 Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.

ANÓNIMO

El texto que se nos propone comentar pertenece al Romancero viejo, recopilación de romances compuestos hasta el siglo XV y que pertenecen a la lírica popular. Se titula “Romance del Prisionero” y es anónimo, es decir, desconocemos quién es su autor. Probablemente nos hallemos ante un testimonio completo (no fragmentado) de un romance transmitido oralmente a partir de un episodio legendario o a partir de una creación popular cuyo origen exacto desconocemos.
 
Última edición:

elfunky

Himbersor
Desde
24 Mar 2024
Mensajes
892
Reputación
1.484
LAS MIL Y UNA NOCHES (126ª NOCHE)

Entonces se levantó la joven, y puso a la lumbre una sartén de cobre rojo, y echó en ella aceite y queso blando. Aguardó a que el queso se derritiera en el aceite, y luego volvió hacia mí, que seguía tendido en tierra, sujeto por las esclavas. Se inclinó y me desató el calzón, y a este contacto sentí grandes oleadas de terror y vergüenza. Adivinaba lo que iba a ocurrir. Y la joven, habiéndome dejado el vientre desnudo, me cogió los compañones, me los ató por la misma raíz con una cuerda encerada, y dió a las esclavas los dos extremos de la cuerda, ordenándoles que tirasen todo lo que pudiesen. Y ella, mientras tanto, con una navaja muy afilada, segó fieramente mi zib, de un solo golpe, causando mi infortunio. Figúrate, ¡oh príncipe Diadema! si el dolor y la desesperación no me harían desmayarme. Todo lo que sé después de eso, es que cuando volví de mi desmayo me hallé
con el vientre tan liso como el de una mujer. Y las esclavas aplicaban a mi herida el aceite hervido con el queso blando, lo cual no tardó en restañarme la sangre. Hecho esto, se me acercó la joven, me dió un vaso de jarabe paraapagar mi sed, y me dijo despreciativamente:

"¡Vuelve al sitio de donde viniste! ¡Mi deseo está saciado! ¡Ya no eres nada para mí, ni puedes servir a nadie, pues me he apoderado de la única cosa que necesitaba!" Y me rechazó con el pie, y me echó de casa, diciéndome como despedida: "¡Tente por dichoso cuando aún sientes la cabeza sobre los hombros!"

Entonces me arrastré dolorosamente hasta la jovenlandesada de mi joven esposa, y llegado a la puerta, que encontré abierta todavía, entré silenciosamente y fui a caer consternado sobre los almohadones del salón. Enseguida acudió mi esposa, que al verme tan pálido me examinó atentamente, haciendo que le contase mi desventura y que le mostrase mi individualidad mutilada. Pero no pude soportar el verme así, y volví a caer desvanecido.

Al volver de mi desmayo, me vi tendido en la calle, al pie de la puerta, pues mi esposa, al encontrarme como una mujer, me había expulsado de su jovenlandesada.

ANÓNIMO


Las mil y una noches (en árabe: ألف ليلة وليلة‎, romanizado: Alf leyla wa-leyla)1 es una recopilación medieval de cuentos tradicionales de Oriente Próximo recopilados en lengua árabe durante la Edad de Oro del islam.

La obra fue tomando forma durante el transcurso de varios siglos con las contribuciones de diferentes escritores y traductores de Asia Occidental, Asia Central, Asia Meridional y el norte de África. Muchas historias eran originalmente cuentos populares de los períodos abasí y mameluco, mientras que otras, especialmente la que sirve de marco narrativo, provienen muy probablemente de la obra persa pahlaví Hezār Afsān (en persa: هزار افسان‎, lit. 'Mil leyendas'), que a su vez contenía algunos elementos indios.2
 
Última edición:

elfunky

Himbersor
Desde
24 Mar 2024
Mensajes
892
Reputación
1.484
EL GOLEM

—¿Quién puede decir que sabe algo sobre el Golem? —contestó Zwakh encogiéndose
de hombros—. Se lo relega al reino de la leyenda hasta que un día sucede algo en una
calle que de repente lo resucita. Durante un tiempo todo el mundo habla de él y los
rumores crecen hasta lo increíble. Se hacen tan exagerados y desmedidos que finalmente
vuelven a derrumbarse debido a su propia incredibilidad. Se dice que el origen de la
historia se remonta probablemente al siglo xvi. Cuentan que un rabino creó, según
métodos de la Cábala ahora perdidos, un hombre artificial, el llamado Golem, para que lo
ayudara, como su criado, a tocar las campanas en la sinagoga y a hacer todos los
trabajos duros. Pero también cuentan que no le salió un hombre auténtico, ya que su
única forma de vida consistía en vegetar de un modo rudo y semiinconsciente; además,
según dicen, sólo durante el día, gracias a la influencia de una hoja mágica que le ponía
entre los dientes y que atraía las libres fuerzas siderales del universo. Cuando una noche
el rabino se olvidó de quitarle, antes de la oración, la hoja de la boca, dicen que cayó en
un estado de delirio tal que, corriendo en la oscuridad de las callejas, destruyó todo lo que
encontraba en su camino.


Gustav Meyrink



La leyenda

En el siglo XVI en Praga la comunidad judía fue víctima de continuas violencias y abusos de todo tipo, a pesar del reinado de Rodolfo II, un gobernante ilustrado y gran protector de esta comunidad, y, así, cuenta la leyenda que, en 1580, el rabino Loew, precisamente para defender a su pueblo, fabricó un Golem, en realidad más de uno, que solo habría obedecido sus órdenes.

En cuanto al creador del Golem, incluso en este caso, no hay pruebas certeras de que el rabino más importante de la historia de la comunidad judía de Praga, Loew, fuera un amante del esoterismo y el misticismo y, por tanto, el único a quien sería posible atribuir la paternidad.

Aquí el rabino habría moldeado sus Golems con el barro del Moldava, combinando los cuatro elementos: fuego y agua, que estaban representados por los asistentes de Loew, aire, representado por el propio rabino, y tierra, hecha de terracota.

Para despertar a sus criaturas, que con el paso del tiempo crecieron, el rabino, en sus frentes, escribió la palabra “emet” (verdad); mientras que en los frentes de los que se habían vuelto demasiado grandes y ya no se podían usar, escribió la palabra “reunidos” (muertos) y, así, se deshizo de ellos.

El Golem no tenía la capacidad de hablar y, para mantenerse a raya, Loew tuvo que insertar una tablilla de madera en su boca, que, según la leyenda, contenía la palabra de Dios.

En una ocasión, sin embargo, el rabino se había olvidado y, entonces, el Golem, privado de la palabra de Dios, comenzó a destruir todo lo que encontraba en la judería, volviéndose incontrolable.

Todo esto sucedió mientras Loew estaba en la sinagoga y entonaba el Salmo 92 y, en ese momento, el rabino se vio obligado a “extinguir” la vida de este Golem, que fue el último creado por el rabino.
 
Última edición:

elfunky

Himbersor
Desde
24 Mar 2024
Mensajes
892
Reputación
1.484
Ya sabéis que toda comida,
la que come el campesino en vida
o la que el epicúreo ha de inventar,
hasta el más elaborado manjar,
en el vientre siempre da fermento
que después saldrá como excremento.

JONATHAN SWIFT

Jonathan Swift (Dublín, 30 de noviembre de 1667-ibidem, 19 de octubre de 1745) fue un escritor satírico irlandés. Su obra más conocida, Los viajes de Gulliver,1 es una crítica mordaz de la sociedad humana, en un estilo tan característico que ha sido denominado «swiftiano».23 Miembro del Club Scriblerus, publicó anónimamente y con los seudónimos de Lemuel Gulliver, Isaac Bickerstaff, M. B. Drapier o Simon Wagstaff, Esq.4


Mangia bene e ocre forte, e non aver paura della morte.

proverbio toscano
 
Última edición:

elfunky

Himbersor
Desde
24 Mar 2024
Mensajes
892
Reputación
1.484
POEMA AL PEDO

Alguien me pregunto un día
¿Qué es un pedo?
y yo le conteste muy quedo:
el pedo es un pedo,
con cuerpo de aire y corazón de viento
el pedo es como un alma en pena
que a veces sopla, que a veces truena
es como el agua que se desliza
con mucha fuerza, con mucha prisa.

El pedo es como la nube que va volando
y por donde pasa va fumigando,
el pedo es vida, el pedo es muerte
y tiene algo que nos divierte;
el pedo gime, el pedo llora
el pedo es aire, el pedo es ruido
y a veces sale por un descuido
el pedo es fuerte, es imponente
pues se los tira toda la gente.

En este mundo un pedo es vida
porque hasta el Papa bien se lo tira
hay pedos cultos e ignorantes
los hay adultos, también infantes,
hay pedos rellenitos, hay pedos flacos,
según el diámetro de los tacos
hay pedos tristes, los hay risueños
según el gusto que tiene el dueño

Si un día algún pedo toca tu puerta
no se la cierres, déjala abierta
deja que sople, deja que gire
a ver si hay alguien que lo respire.

También los pedos son educados
pues se los tiran los licenciados,
el pedo tiene algo monstruoso
pues si lo aguantas te lleva al pozo
este poema se ha terminado
con tanto pedo que me he tirado.

FRANCISCO DE QUEVEDO

(1580-1645) De "Gracias y desgracias del ojo del ojo ciego" , Francisco de Quevedo, uno de los autores clásicos de la literatura española del Siglo de Oro, autor del «Buscón»
 
Última edición: