La ley del embudo
Tenemos que lograr que todos los funcis hablen euskera, hasta el último puñetero mono, aunque el funcionario este destinado en una zona en la que hasta se hable más árabe que euskera. Porque aunque haya un único ciudadano que pida atención en euskera, este tiene derecho a ser atendido en euskera, son sus derechos lingüísticos y puuuunnnntoooo.
Pero si el ciudadano pide matriculación en castellano: ¡no!, porque, supuestamente, lo piden pocos.