Uno de los documentos aún por desclasificar incluyen los que tratan el famoso plan de la CIA , el llamado "Big Event":
El hombre clave en el asesinato de Kennedy y lo que dejó grabado en vídeo antes de morir
Por
Miguel Ayuso
29/11/2015 - 05:00 Actualizado: 12/11/2016 - 16:50
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Para Talbot –al que entrevistó El Confidencial cuando publicó en España su anterior trabajo–, uno de los casos más interesantes es el de Howard Hunt, uno de los oficiales de inteligencia estadounidense implicados en el escándalo Watergate, por el que fue condenado a pasar 33 meses en prisión. Y, también, uno de los nombres que aparece siempre en las teorías sobre el asesinato.
Poco antes de morir, en 2007, Hunt afirmó que había estado implicado en un complot organizado por varios altos mandos de la CIA para dar de baja de la suscripción de la vida a Kennedy, un plan al que se refirió como 'the Big Event'. Y, curiosamente, entre los documentos que la administración estadounidense sigue guardando con celo hay, según 'POLITICO', al menos 332 páginas sobre él.
Silencio informativo
Hunt fue uno de los muchos agentes de la CIA que fue interrogado en relación al asesinato de Kennedy, pero hasta el final de sus días negó su participación en la trama. Hunt declaró al juez que el 22 de noviembre de 1963 estaba en Washington, y se enteró de la muerte del presidente por la radio, mientras compraba comida en una tienda china para hacerle la cena a su mujer. Una versión que su hijo, Saint John Hunt, nunca creyó, en parte porque recuerda perfectamente decir a su madre que su padre estaba en Dallas, en parte porque su coartada no era creíble. “Puedo decirte que esa es la mayor tontería del mundo”, aseveró en una entrevista con 'Rolling Stone' en 2007. “¿Mi padre en la cocina? ¿Picando vegetales con su mujer? Lo siento, pero eso nunca habría ocurrido. Jamás”.
En 2003, Saint John logró convencer a su padre para que contara todo lo que sabía sobre el asesinato de JFK, después de que este hubiera intentando vender su historia, sin éxito, a Kevin Costner, que, siempre según su hijo, le había prometido una enorme suma de dinero por el secreto que nunca aportó.
En los cuatro años que le quedaban de vida, Hunt se dejó entrevistar en vídeo por su hijo, que contó con la ayuda del escritor y especialista en el asesinato de JFK Eric Hamburg, y dejó decenas de notas manuscritas además de unas abultadas memorias. En las entrevistas, cuenta Talbot en su libro, se puede ver al viejo espía en sus horas más bajas, tratando de revelar lo que sabe sin dejar al descubierto las miserias de su familia, sus antiguas lealtades profesionales “y lo poco que quedaba de su buen nombre”.
Tras la muerte de Hunt, su hijo ofreció las grabaciones a los grandes medios estadounidenses, pero muy pocos se interesaron por ellas. Un productor de '60 Minutes' –el más exitoso programa informativo de la televisión estadounidense, muy similar a nuestro 'Informe Semanal'– se pasó días estudiando el material, pero la historia fue abortada por la dirección. Al final, sólo 'Rolling Stone' y un puñado de medios alternativos llevaron a portada las revelaciones de Hunt. El libro que Saint John publicó sobre su padre, 'Bond of Secrecy' (Trine Day), no recibió apenas promoción ni atención. Para Talbot, sin embargo, las confesiones de Hunt son hasta la fecha la información más veraz sobre el complot de la CIA para dar de baja de la suscripción de la vida a Kennedy. Y están a disposición de todo el mundo.
“Era gente completamente amoral”
Hunt cuenta en las entrevistas que en algún momento de 1963 fue invitado a una reunión en uno de los pisos francos de la CIA en Miami. Su anfitrión fue Frank Sturgis, otro agente que había trabajado junto a Hunt en los complots anticastristas y que, años más tarde, fue detenido junto a él en el hotel Watergate. Al encuentro acudió también David jovenlandesales, otro veterano de la campaña anti-Castro de la CIA, conocido entre sus compañeros como “El Indio” debido a su ascendencia mexicana y famoso en la agencia por ser el hombre que normalmente se encargaba del trabajo sucio.
En el encuentro, jovenlandesales le dijo a Hunt que había sido reclutado para llevar a cabo una operación secreta dirigida por Bill Harvey, otro agente que había trabajado codo con codo con “El Indio” en el proyecto ZR/Rifle, uno de los más conocidos intentos de acabar con la vida de Fidel Castro. La operación, a la que jovenlandesales y Sturgis siempre se referían como 'the Big Event', no era otra que acabar con la vida del trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos.
Según Hunt, Harvey no acudió a la reunión, pero su nombre no dejó de sonar. Él iba a ser el encargado de contratar a los francotiradores que acabarían con la vida de Kennedy y transportar las armas necesarias a Dallas. El plan era reclutar a sicarios corsos, más difíciles de vincular con la CIA que la mafia italoamericana.
El ex-agente de la CIA explicó en sus memorias que no se fiaba ni de jovenlandesales ni de Harvey: “Los dos hombres estaban cortados por el mismo patrón. Eran bebedores empedernidos, tipos duros, posiblemente completamente amorales. Se rumoreaba que jovenlandesales era un asesino a sangre fría, el tipo al que acudir en las operaciones encubiertas en las que el Gobierno necesitaba que alguien fuera neutralizado. Intenté deshacerme rápido de cualquier contacto con él”.
Esto, según Talbot, no quiere decir que Hunt no tuviera las mismas opiniones sobre Kennedy que ellos (muy malas, claro), pero el exagente asegura que declinó unirse a la operación por razones tácticas. “Mira”, le dijo a Sturgis, “si Bill Harvey tiene algo que ver con esto, no cuentes conmigo. Es un alcohólico y un orate”. Su amigo se rio y le dijo: “Tienes razón, pero ese me gusta la fruta tiene los bemoles para hacerlo”.
En el relato que Hunt trasladó a su hijo su implicación en el complot resulta confusa. Al final, jugó un papel muy periférico en el asesinato de Kennedy. Según Talbot, su versión de la historia puede estar edulcorada –sobre todo en lo que respecta a su papel en la trama– pero va en la línea de lo que apuntaron algunos de los investigadores del House Assesinations Comittee, la comisión de investigación parlamentaria que entre 1976 y 1979 estudió los asesinatos de JFK y Martin Luther King.
Los investigadores más resueltos de la comisión, cuenta Talbot, centraron sus esfuerzos en averiguar la conexión entre los agentes de la CIA que llevaron a cabo la frustrada operación de acabar con Castro –los mismos a los que apunta Hunt– y el asesinato de Kennedy. Y Bill Harvey fue uno de los principales sospechosos.
Dan Hardway, el brillante estudiante de la Escuela de Derecho de Cornell al que el Congreso encargó la dura tarea de investigar los posibles vínculos de la CIA con el asesinato, ha asegurado a Talbot que la agencia de inteligencia hizo todo lo posible para torpedear su trabajo: “Un agente de la CIA me dijo 'así que que eres del Congreso… ¿Qué narices es eso para nosotros? Tu harás las maletas y te largarás en un par de años y nosotros seguiremos aquí”.
Pese a esto, Hardway encontró documentos que demostraban que, al menos, la versión oficial que la CIA había dado sobre Harvey era falsa: “Encontramos papeles en los que se indicaba que Harvey había viajado mucho en las semanas previas al asesinato, y se supone que estaba dirigiendo la célula de Roma. Antes de que finalizara la investigación escribí un memorándum, argumentando mi teoría de que Harvey había sido una de las figuras principales de la trama. Lo escribí en la habitación segura del comité, en un papel amarillo con el borde jovenlandesado marcado como 'Top Secret'. No se ha vuelto a ver desde entonces”.
¿Quién fue el autor intelectual del asesinato?
Según Hunt, aunque los agentes con los que se reunió en Miami apuntaron que Harvey jugaba un papel central en “el Gran Evento”, dejaron claro que la cadena de mando llegaba hasta posiciones mucho más elevadas. jovenlandesales insistió en que el mismo vicepresidente, Lyndon B. Johnson, estaba colaborando en el complot.
Aquí es donde Talbot cree que el relato de Hunt deja de ser cierto. No hay ninguna prueba de que Harvey y Johnson mantuvieran ningún tipo de contacto, algo bastante improbable dado lo alejados que estaban en la jerarquía. El periodista cree que Hunt dijo esto para encubrir al que fue en realidad el autor intelectual del asesinato: Allen Dulles, el director de la CIA entre 1953 y 1961 que fue forzado a dimitir tras el fiasco de Bahía Cochinos, y que también formó parte de la Comisión Warren.
“Howard Hunt era plenamente consciente de quién manejaba los hilos del poder en Washington”, asegura Talbot en su libro. “Él sabía, de hecho, que Dulles había superado a Johnson en este terreno. Hunt, sin duda, se dio cuenta de que el vicepresidente podía ser un accesorio pasivo, o incluso un cómplice activo, en lo que sería el crimen del siglo. Pero Johnson ciertamente no fue el autor intelectual. Y, sin embargo, leal hasta el final, incluso en su lecho de muerte, Hunt no se atrevió a nombrar a Dulles, 'el hombre extraordinario' al que había tenido el 'honor' de servir”.
Fuente:
elconfidencial.com
Por cierto, uno de esos sicarios corsos fué el que detuvieron en los años 90 en una operación de lucha de contrabando de droja. Y salió su nombre y su relacción con el caso del Big Event al encontrarse que estuvo en EE.UU semanas previas al asesinato de Kennedy.
Y para los que defienden la tesis de que la conspiración fué por parte de los rusos. ¿Por qué? Si el mismo Kennedy fué el que cortó de tajo la oleada turística de Bahía de Cochinos. ¿No será más bien que quienes tenían una mayor motivación criminal para su asesinato fueran los anticastristas del Gobierno? jorobar, que Allen Dulles, director de la CIA por entonces implicado en la organización y llevar adelante la oleada turística. Y que "mágicamente" acabó formando parte de la misma comisión Warren.
Eso por no hablar en cómo se cambió el recorrido presidencial en Dallas, realizando un trayecto sin el visto bueno del Servicio Secreto dado que sabían que lo denegarían precisamente por el enorme riesgo de inseguridad que suponía, algo que se demostró más tarde por las malas. ¿Qué? ¿También los rusos tenían potestad para forzar esos cambios tan sensibles en la seguridad del presidente? Y por supuesto, de haber pasado por el visto bueno del Servicio Secreto, jamás, repito, JAMAS hubieran permido TODAS ESAS pilinguis VENTANAS ABIERTAS a lo largo de todo el recorrido (algo que podéis comprobar en las grabaciones (Zapruder, ...) de aquella época). ¿También la URSS se encargó de eso, verdad?
A Ominae se le perdona pq el hombre anda rallado con ellos, pero al resto, shishi, no seais tan obtusos.
Rusos en esta historia no pintan una cosa. Si no os gusta lo de Bahía de Cochinos a lo mejor os gusta más cómo Kennedy paró en seco TAMBIEN otro gran motivo para su asesinato:
ORDEN EJECUTIVA 11110: DEVOLVIA AL ESTADO AMERICANO LA POTESTAD DE EMITIR MONEDA, dejando de lado a la Reserva Federal Estadounidenses.
shishi, eso sí que es un BUEN MOTIVO para su asesinato.
Y por supuesto, no olvidar como EE.UU es un auténtico maestro en derrocar gobiernos. ¿Qué? Nos hemos olvidado de sus actuaciones a lo largo y ancho de toda Iberoamérica. Y si no tenéis mucha memoria, ¿tenéis memoria para recordar las relativamente recientes primaveras árabes en Oriente Medio? Es que algunos si no le añaden su grado personal de conspiración, no les resulta suficiente. Macho con algunos...
#ASESINATOKENNEDY