¿Qué os parece esta última escena de Apocalypto, cuando los españoles llegan a salvar a las tribus de la masacre de los Mexica?

FiorenzoMagni

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Uno de los mejores finales de la historia del cine. Apocalypto es un peliculón y si no está considerada como una obra maestra por la crítica especializada es porque el director se llama Mel Gibson
Puedes explicarlo? Porque con el op yo no me entero que quiere exponer
 

luisgarciaredondo

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Pues yo no veo en esa última escena de la película lo que la gente dice.

Si no recuerdo mal, el prota, el bueno, una vez escapa de sus habituales opresores mayas, ve a esos extraños que se aproximan y en lugar de quedarse fascinados como sus perseguidores, los contempla con cierto desdén y sigue huyendo.

El mensaje es claro y sigue siendo leyendanegrista. Antes nos oprimían los caníbales y ahora vienen a oprimirnos estos otros de allende los mares. Así que yo mejor me quito de en medio.

Pero bueno la gente está tan sedienta de cualquier cosa que no huela a desprecio anglosajón que se agarra a un clavo ardiendo.
 

BGA

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Para ti lemmy.;)



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Por qué será que cuánto más te documentas sobre la historia española, más encuentras a personas que llegan a las mismas conclusiones que tú?

Cito comentarios:

-Corto y clarito: el barrio francés de Nueva Orleans es en realidad el barrio español de Nueva Orleans.
Ni useños ni franceses lo quieren recordar, pero nosotros sí. Y también decir que los primeros diques de protección de la ciudad los construyeron los españoles.

- Es hora de que alguién suscite esta cuestión, porque el dinero y la publicidad hacen tragar cada trola que ofende. Ni siquiera el estilo arquitectonico es de origen francés. No conozco ninguna nación como la española que haya sido descalificada, ignordara y desacreditada con tanta saña, desvergüenza e ignorancia. Tampoco tal pueblo que por perversoss razones políticas lo haya secundado. España, su historia, y sus antepasados, sólo pueden ser motivo de respeto, orgullo y reconocimiento por cualquiera bien nacido.


-Otra mentira historica donde salimos mal parados o ignorados (viene a ser lo mismo).

No es el "estilo arquitectónico" lo que importa, sino que los edificios y el trazado de las calles, así como las primeros diques de protección son españoles. Con su propio estilo, porque mire usted que los españoles llevaban planificando ciudades y edificios por toda América desde el siglo XVI, y no necesitaban que los franceses les explicaran cómo diseñar edificios.

Eso es lo que marca la diferencia. Se trata de un barrio español, con cosmética francesa.

La cosmética francesa se debe en gran parte a que los burgueses de la primera mitad del siglo xx se empeñaron en "recuperar tradiciones", y se creyeron que lo francés daba glamour y lo español no. O sea, que tiene mucho de perfomance, o si lo ponemos en español, de teatro.
Y que esos mismos edificios se encuentran en montreal, es al revés, que los edificios de ladrillo montrealenses son posteriores a estos.
En cualquier caso, no es el mismo estilo, pero eso tampoco importa. Es que no hay nada que explicar, si el barrio lo levantaron los españoles, si lo planificaron los españoles y si para colmo las obras de ingeniería mínimamente necesarias las hicieron los españoles, el barrio es español. Lo que pasa es que estamos todos tan acostumbrados a que se menosprecie a los español que no reaccionamos… hasta que algunos reaccionamos y no decimos nada más que algo que es obvio.

-Pero es que, además, aunque lo nieguen algunos ignorantes, las casas de esa calle por donde discurren los carnavales son de inspiración española, los enrejados, las valconadas y los hornamentos son coloniales españoles, que se den una vuelta, algunos, por Cartagena de Indias, por Quito, y otras ciudades de Hispanoamérica y de vuelta por la Habana hasta Cádiz y estudien un poco de historia del arte español antes de calumniar.


España, la oveja negra. Hasta uno se cansa de decir estas cosas y de quedar como llorón, esto y lo otro, pero uno es llorón, cuando reclama lo que no es suyo, en lo que no tiene ni merece reconocimiento ninguno, cuándo dices algo que es cierto no es llorar, es exigir lo que le corresponde a cada uno. Yo esta historia del barrio francés ya la ví en múltiples fragmentos de la historia española; la película siempre es la misma. La gente llega siempre a esta conclusión; España era y es la apestada siempre y no es muy difícil llegar a esta conclusión en el que momento que ves el hecho de que cosas como estas del barrio francés son constantes en la historia española.

Sería mucho más fácil para nosotros haber sido tratados como los gabachos, que lo que hacen se les reconoce, publicita, y lo que no también, sería más fácil ser como los anglos, que lo que hacen se le reconoce, publicita y lo que no también x3 o x4 veces de los gabachos. Sería más fácil para nosotros ser germanos o también nórdicos, que a poco que hagan se les sobredimensiona, incluso los italianos que son relativamente semejantes a nosotros como latinos gozan de mejor propaganda y respeto que nosotros. Pero para nosotros nunca fue tan fácil como para los demás.

A los hechos me remito.
El problema con la historia de España es que siempre la cuentan "otros" y la razón es simple: los españoles no nos fiamos de los historiadores españoles y llevamos décadas "pensando" que la opinión extranjera sobre España va a ser siempre más objetiva y desapasionada. De algún modo los hemos admitido como jueces imparciales sin pleitos personales porque su abuelo fuera víctima o verdugo de otros españoles.

Habría que considerar si existe algún estudio que afirme que los españoles somos -también- una excepción en eso de ser rencorosos porque guerras civiles las han padecido muchas naciones y a excepción de las que tuvieron un componente étnico fundamental, todas han ido cerrando sus heridas siendo capaces de disolver las partes peores de ese enfrentamiento en el relato de la nueva construcción nacional nacida después de esa guerra. En nuestro caso, y a su manera en el de toda Hispanoamérica, lo que queda siempre es lo peor o lo supuestamente mejor que para serlo, precisa de un constante refresco de lo peor de la memoria.

Lo del estudio lo digo con sorna más que nada, porque no es necesario ningún estudio para explicar el fenómeno cuando tenemos delante, todos los días de demasiados años, lustros e incluso siglos, a casi todos los políticos dando por el saco con los peores pasajes de la historia en su efecto de confrontación, tanto política como de estrategia para ocultar su incapacidad, como ideológica en forma de la nueva religión repleta de mitos y dogmas que antes de fomentar la unidad y el perdón, urgan incansables en todas las heridas capaces de bloquearnos. Siendo cierto que esta vena cainita la explotan los que tratan de evitar toda competencia directa tanto de España como de las repúblicas americanas, no es menos cierto que los hay entre nosotros que se toman esa especie de misión como su cruzada personal.

Al final, si quieres ofrecer un relato histórico de España y su significado en la historia del mundo, tienes que hacerlo de la manera más neutra posible, lo que equivale a descafeinar el café, aguar el vino o desalar el jamón... Pero en realidad no existe tal neutralidad sino un frenesí por el descarte de todo aquello que en otras latitudes es capaz de mover a unidad y orgullo. Uno de los países más católicos de la historia y desde luego el que más hizo por extender el Evangelio por el mundo, es incapaz de entender lo que significa el perdón y la misericordia. Hay mucho de tológico en todo ésto y los misterios son menos cuando se abre uno a incorporar este aspecto esencial en su apreciación de la historia.

En mi caso, lo he dicho en alguna otra ocasión, la historia de España y del mundo Hispánico me mueve hacia la misericordia, que es lo que sienten los adultos tras superar todas las fases de su experiencia paterno-filial: no era un héroe ni un tirano. Hizo lo que pudo con lo que tuvo con sus luces y sus sombras, y no era otro padre ni otra madre sino el padre y la madre de cada uno. Amar esa epopeya española no exige ceguera sino al contrario, una comprensión lúcida en la que la balanza se inclina siempre en favor de la misericordia frente a la justicia. Pero además, si no podemos ni debemos olvidar la justicia no podemos tampoco descontextualizar los hechos que se juzgan ni dejar de ponerlos en contraste con los hechos de otras naciones. Medir la obra española bajo los estándares más objetivos e ideales es en sí mismo falaz porque la objetividad, tratándose de cuestiones humanas, baja de sus altares a ese idealismo atroz que siempre juzga y sentencia a los demás mientras condesciende y perdona a uno mismo. Es la hipocresía de siempre que tantos asumen tal vez sin darse cuenta.

Lo objetivo es lo que es y está aún presente ante nuestros ojos en todo lo que se hizo desde hace ya medio milenio. Lo otro, el relato insidioso que busca oscurecer con palabras y requiebros "filosóficos", es fruto de una intencionalidad presa de complejos y arbitrariedades que nunca encontrará sosiego ni satisfacción. Las catedrales, los hospitales y las universidades en, por ejemplo, el corazón de los Andes, dicen más por si solos que todos los chismes ideológicos, pero lo malo es que ya pocos dan crédito a lo que ven sus ojos o siente su corazón y se lanzan como vagabundos sin patria en manos de los "expertos" que les digan lo que tienen que ver y sentir como si fueran animales amaestrados.
 

Tiron Depelos 77

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Cuando vi esa escena me recorrió un escalofrío por la Espalda...no sabían lo que se les venía encima... a los españoles me refiero.

Deberían haberse subido al barco y dar media vuelta. Pero claro en 1492 no sabían nada de regetton, ñetas, maras, narcos, etc...
 

BGA

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Pues yo no veo en esa última escena de la película lo que la gente dice.

Si no recuerdo mal, el prota, el bueno, una vez escapa de sus habituales opresores mayas, ve a esos extraños que se aproximan y en lugar de quedarse fascinados como sus perseguidores, los contempla con cierto desdén y sigue huyendo.

El mensaje es claro y sigue siendo leyendanegrista. Antes nos oprimían los caníbales y ahora vienen a oprimirnos estos otros de allende los mares. Así que yo mejor me quito de en medio.

Pero bueno la gente está tan sedienta de cualquier cosa que no huela a desprecio anglosajón que se agarra a un clavo ardiendo.

No estoy de acuerdo y me explico. El "bueno" ve ante sus ojos unas naves que implican "poder" apareciendo por el Este del mar. Nunca ha visto algo semejante y puesto que estaba huyendo de los poderes locales y viera a aquellos seres extraños más formidables todavía, comprendería que el problema lo iban a tener sus amos y verdugos en tanto dueños de aquellas tierras. Comprende que no va con él, como comprendieron sus perseguidores que en adelante las cosas iba a ser de otro modo. Es como si en el colegio sufriera acoso del abusón y su pandilla hasta que llega otro con aspecto todavía más feroz. Al menos durante un tiempo sentirá un alivio y que la siguiente disputa no va contra él y de hecho le echa fuera de seguir siendo el objetivo de sus matones.
 

Palimpsesto.

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Pues yo no veo en esa última escena de la película lo que la gente dice.

Si no recuerdo mal, el prota, el bueno, una vez escapa de sus habituales opresores mayas, ve a esos extraños que se aproximan y en lugar de quedarse fascinados como sus perseguidores, los contempla con cierto desdén y sigue huyendo.

El mensaje es claro y sigue siendo leyendanegrista. Antes nos oprimían los caníbales y ahora vienen a oprimirnos estos otros de allende los mares. Así que yo mejor me quito de en medio.

Pero bueno la gente está tan sedienta de cualquier cosa que no huela a desprecio anglosajón que se agarra a un clavo ardiendo.
Puede ser. Nunca hay que fiarse pero la sonrisa para mi es la clave.
 

BGA

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Está como los demorados mentales que dicen que el extremo frío y las consecuentes nevadas que están azotando a México actualmente son producto del cambio climático, cuando en México siempre ha hecho frío y ha nevado; incluso, un comentario que he visto varias veces es que antes en México caía más nieve que ahora, así que el cambio climático no está enfriando sino calentando el país.
Hace poco vi un documental sobre el uso de los filtros de tonalidad en el cine y cómo eran capaces de usar tonos azules justo en la parte useña de la frontera con Méjico y ponerlos amarillos nada más cruzarla en dirección al país. Evidentemente los tonos naturales del ambiente son distintos en latitudes alejadas del ecuador del que está más próximo, pero ese tratar de acentuarlos cuando no existe una diferencia natural, es parte de la propaganda de toda la vida. Dinamismo, limpieza, orden o sobriedad en los azules frente al polvo, el calor tórrido, la apatía, la suciedad y la desgana que provocan los amarillos.
 

Palimpsesto.

Madmaxista
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El problema con la historia de España es que siempre la cuentan "otros" y la razón es simple: los españoles no nos fiamos de los historiadores españoles y llevamos décadas "pensando" que la opinión extranjera sobre España va a ser siempre más objetiva y desapasionada. De algún modo los hemos admitido como jueces imparciales sin pleitos personales porque su abuelo fuera víctima o verdugo de otros españoles.

Habría que considerar si existe algún estudio que afirme que los españoles somos -también- una excepción en eso de ser rencorosos porque guerras civiles las han padecido muchas naciones y a excepción de las que tuvieron un componente étnico fundamental, todas han ido cerrando sus heridas siendo capaces de disolver las partes peores de ese enfrentamiento en el relato de la nueva construcción nacional nacida después de esa guerra. En nuestro caso, y a su manera en el de toda Hispanoamérica, lo que queda siempre es lo peor o lo supuestamente mejor que para serlo, precisa de un constante refresco de lo peor de la memoria.

Lo del estudio lo digo con sorna más que nada, porque no es necesario ningún estudio para explicar el fenómeno cuando tenemos delante, todos los días de demasiados años, lustros e incluso siglos, a casi todos los políticos dando por el saco con los peores pasajes de la historia en su efecto de confrontación, tanto política como de estrategia para ocultar su incapacidad, como ideológica en forma de la nueva religión repleta de mitos y dogmas que antes de fomentar la unidad y el perdón, urgan incansables en todas las heridas capaces de bloquearnos. Siendo cierto que esta vena cainita la explotan los que tratan de evitar toda competencia directa tanto de España como de las repúblicas americanas, no es menos cierto que los hay entre nosotros que se toman esa especie de misión como su cruzada personal.

Al final, si quieres ofrecer un relato histórico de España y su significado en la historia del mundo, tienes que hacerlo de la manera más neutra posible, lo que equivale a descafeinar el café, aguar el vino o desalar el jamón... Pero en realidad no existe tal neutralidad sino un frenesí por el descarte de todo aquello que en otras latitudes es capaz de mover a unidad y orgullo. Uno de los países más católicos de la historia y desde luego el que más hizo por extender el Evangelio por el mundo, es incapaz de entender lo que significa el perdón y la misericordia. Hay mucho de tológico en todo ésto y los misterios son menos cuando se abre uno a incorporar este aspecto esencial en su apreciación de la historia.

En mi caso, lo he dicho en alguna otra ocasión, la historia de España y del mundo Hispánico me mueve hacia la misericordia, que es lo que sienten los adultos tras superar todas las fases de su experiencia paterno-filial: no era un héroe ni un tirano. Hizo lo que pudo con lo que tuvo con sus luces y sus sombras, y no era otro padre ni otra madre sino el padre y la madre de cada uno. Amar esa epopeya española no exige ceguera sino al contrario, una comprensión lúcida en la que la balanza se inclina siempre en favor de la misericordia frente a la justicia. Pero además, si no podemos ni debemos olvidar la justicia no podemos tampoco descontextualizar los hechos que se juzgan ni dejar de ponerlos en contraste con los hechos de otras naciones. Medir la obra española bajo los estándares más objetivos e ideales es en sí mismo falaz porque la objetividad, tratándose de cuestiones humanas, baja de sus altares a ese idealismo atroz que siempre juzga y sentencia a los demás mientras condesciende y perdona a uno mismo. Es la hipocresía de siempre que tantos asumen tal vez sin darse cuenta.

Lo objetivo es lo que es y está aún presente ante nuestros ojos en todo lo que se hizo desde hace ya medio milenio. Lo otro, el relato insidioso que busca oscurecer con palabras y requiebros "filosóficos", es fruto de una intencionalidad presa de complejos y arbitrariedades que nunca encontrará sosiego ni satisfacción. Las catedrales, los hospitales y las universidades en, por ejemplo, el corazón de los Andes, dicen más por si solos que todos los chismes ideológicos, pero lo malo es que ya pocos dan crédito a lo que ven sus ojos o siente su corazón y se lanzan como vagabundos sin patria en manos de los "expertos" que les digan lo que tienen que ver y sentir como si fueran animales amaestrados.
Fantástico post que merecería una columna tribuna en nuestros antes respetables periódicos.
Ahora están ocupados por revertes cualquiera.
 
  • Zanx
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