El gusto por poner petardos y ruidos ensordecedores causados por los mismos, no es propio de gente que esté muy sana de la cabeza.
Por experiencia propia tengo demostrado que el gusto por el ruido o la alta tolerancia al mismo es propio de gente con problemas psicológicos.
Hay valencianos que se van fuera de la ciudad durante las fallas porque son insoportables. Para que lo digan hasta ellos...
Las fallas las empiezan a practicar y ensayar ya en cuanto terminan las navidades.
Como durante las fallas te pille un casal en tu calle, estás dolido. Petardos desde enero hasta marzo.
Eso no es ni medio normal, no es propio de buena salud mental. Encima ese clima, cuanto más calor y más sol, peor.
En el libro de Caro Baroja "El árbol de la ciencia" el personaje principal, médico, se da cuenta de cómo cambia la vida cuando aparce en Valencia, lugar donde va obligado, y siente algo diferente en el ambiente y en la personalidad, y lo primero que remarcan es "esto es por este clima". Al personaje del libro le da la sensación de haberse metido en otro mundo distinto.